viernes, septiembre 28, 2007

Dispuesto a alcanzar la victoria

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Josué 1: 7-9
fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis".


Miguel, hombre conocido por todos como una persona de valores, el cual por una ofensa no violente, fue sentenciado a varios años de prisión. Cuando los alguaciles le colocaron las esposas para llevarlo a cumplir su condena, miro a su esposa e hijos con lágrimas en los ojos.

Natalia, una esposo que a pesar de que el sustento de la familia no estaba no se había abandonado a la depresión, a pesar que después de un tiempo perdieran la casas y tubo que mudarse a una casa rodante, perteneciente a uno de los hijos mayores.

Un día su esposo le llamo desde la penitenciaria y le explico que tenía un modo de cómo ganar algo de dinero lavando la ropa de los otros presos. La penitenciaria entregaba una cantidad limitada de jabón a los reos. Le pidió que comprase jabón suficiente y se lo llevara, para lavarles la ropa por poco dinero. Esto le proporcionaría a miguel el dinero suficiente para empezar de nuevo al salir.

Como miguel y Natalia tenían una fe firme en Jesús, que no implica que no dejaran de tener miedo y desesperación, pasaron por una experiencia que les acerco mas a Dios y los unió mas. Aun perdieron todas sus posesiones descubrieron que la vida no consiste solo en la abundancia de las cosas materiales. El mayor tesoro en la vida es el amor que una mujer y un hombre tienen el uno por el otro.

Pregunto ¿puede una pareja sobrevivir a la experiencia de la prisión? ¿Puede pasar por la perdida económica y sobrevivir? ¿Puede sobrevivir al ridículo público? ¿Puede soportar la indiferencia de los hermanos de la congregación? La repuesta es un rotundo SI.

Si tienes un ser querido en prisión, ore por esa persona, si tienes a un amigo en prisión, recuerde que su esposo e hijos tienen necesidades, acérquese y ayúdelos.

Recuerde que una cárcel no es solo estar detrás de una reja de hierro, es también estar preso en cualquier vicio. "fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis".

jueves, septiembre 27, 2007

Una raíz de amargura

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

Hebreos 12:15

La amargura es un veneno, una mezcla que preparamos para alguien, pero que terminamos bebiéndola nosotros mismos. Hoy veremos otra ilustración útil que nos ayudará a entender los resultados del resentimiento.

Hebreos 12:15 describe a la amargura como una “raíz”. Piense en ello. ¿Dónde encuentra uno las raíces? Dentro de la tierra, por debajo de la superficie, alimentándose de los nutrientes que las rodean. Siempre que usted vea una planta, una flor o un árbol, tenga la seguridad de que por debajo de su apacible fachada hay una raíz que está extrayendo vida del suelo y llevándola al lugar donde está asentada la planta. Sin la raíz, la vegetación colapsa y muere.

¿Ve cómo esta imagen se parece a su vida espiritual? Quizás usted tiene una raíz de amargura bajo la superficie, prácticamente invisible para quienes pasan a su lado. Pero, ¿significa eso que la raíz de amargura que casi no se nota, está inerte y es inofensiva? ¡Claro que no! Por el contrario: usted puede tener la seguridad de que la raíz está haciendo su trabajo, extrayendo vida de usted y utilizándola para alimentar una mala hierba de odio, impaciencia y descontento.

Una raíz de amargura jamás producirá un buen fruto. Cuando la semilla, el suelo y la raíz son malos, es ilógico esperar otra cosa que no sea un fruto malo y una maraña de malas hierbas.

¡Pero anímese! El problema tiene solución. Lo único que se necesita para matar una mala hierba, es desenterrarla y eliminar la raíz. Arranque la fuente de su resentimiento del lugar donde se oculta. Sáquela a la luz, y después desechala.

Pidele a tu Padre Celestial, eso que necesitas para desechar la raiz de amargura.

miércoles, septiembre 26, 2007

Un matrimonio feliz tras el reconocimiento.

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,[d] dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

1 pedro 3.7

El matrimonio es mucho mas que una luna de miel: es un contrato de por vida. En la salud y la enfermedad, la abundancia y la pobreza, el matrimonio requiere de la devoción y capacidad madura de comprometerse aun cuando sea lo ultimo que queramos.

El matrimonio es el acto de que dos personas incompatibles aprendan a ser compatibles por medio de un compromiso de compasión.

El hecho es que antes del matrimonio los polos opuestos se atraen, y después del matrimonio se repelan.

Alguien dijo una vez: las mujeres tienen muchos defectos. Los hombres solo tienen dos: todo lo que dicen y todo lo que hacen. Una de las causas mas importantes de la fricción en el matrimonio es la incapacidad i la negativa de los hombres a vivir con ellas sabiamente.

La diferencia entre los sexos persiste cuando las mismas se malentienden o no se perciben.

Tanto los hombres como las mujeres deben aceptar un hecho muy importante: somos diferentes y estas diferencias que tenemos jamás, pero jamás, cambiaran. Debemos entender estas diferencias y convivir de acuerdo a lo que hemos aprendido de nuestro señor y salvador Jesucristo siendo sabios, humildes y dispuestos de corazón.

martes, septiembre 25, 2007

Tenga buen ánimo

Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.
–(Hechos 27:22)


¿Qué hace usted cuando está en una situación realmente peligrosa?

Si es como yo era, usted clama a Dios con desesperación, Dios dijo a alguien una vez: "No, yo escucho el clamor de desesperación de un pecador porque eso es todo lo que puede implorar. Pero una vez que hayas nacido de nuevo, hijo, debes de clamar con fe.

Yo escucho el clamor de fe".¿Qué es un clamor de fe? Es llamar las cosas que no son como si fuesen (Romanos 4:17). Es lo que la Biblia quiere decir cuando dice: "Diga el débil: Fuerte soy" (Joel 3:10).

El apóstol Pablo sabía cómo usar el clamor de fe. Por eso en Hechos 27 exhortó a los hombres en ese barco estropeado y a punto de hundirse a "cobrar ánimo". Les instó a comenzar a actuar por fe. ¿Se imagina lo que pensaron los marineros cuando Pablo les habló?: "Ese predicador es un tonto. Escucha lo que está diciendo. Que cobremos ánimo. Hemos tirado todo lo que tenemos por la borda y él dice que tengamos buen ánimo".

Quizá usted ahora se sienta como se sintieron esos marineros. Tal vez sienta que su barco se está hundiendo. Es posible que tenga ganas de llorar por la desesperación. Pero no lo haga. En vez de eso, haga lo que el apóstol Pablo dijo y ¡cobre ánimo! Clame a Dios en fe y diga: "Señor, no me voy a desesperar. Voy a tener buen ánimo porque tu Palabra dice que me librarás de esta situación" (Salmo 34:19).

Entonces comience a alegrarse. Puede llevarle más determinación que todo lo que usted haya hecho antes, pero Dios le dará la fortaleza para hacerlo. Le dará el poder para estar gozoso en medio de la oscuridad más impía que el diablo pueda traer. En vez de llorar en desesperación, afírmese en la fe. Cante, regocíjese y alabe a Dios por su rescate. Tenga buen ánimo y podrá estar seguro de que Dios le llevará a través de la tormenta.

viernes, septiembre 21, 2007

Quítense de vosotros toda amargura

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Efesios 4:31-32

Imagine a una persona amargada, deprimida y emocionalmente devastada. Quien encorvada sobre una mesa de laboratorio añade metódicamente un poquito de esto y una pizca de aquello a un acido verde que está en el tubo de ensayo frente a él. Sus pensamientos son una mezcolanza de imágenes antiguas, y su corazón es un viejo mosaico de odio por un agravio que ocurrió hace mucho tiempo. Está pensando en la persona que lo hirió, y preparando un veneno para dárselo.

Suena como el pasaje de una película, ¿verdad? Sin embargo, aquí es donde la escena cambia de dirección. Imagine a ese mismo científico patético dando un suspiro de aviso cuando se endereza, maravillado de la venganza líquida que ha creado. Ahora, por último, imagine a esa pobre alma diciendo: "Ahora vas a ver", mientras levanta el tubo y se bebe el veneno.

Ése es un giro sorprendente, que uno no esperaría ver en una película. Pero, es muy posible que usted haya hecho lo mismo en algún momento.

La amargura es un veneno que preparamos para alguien, pero después somos nosotros quienes nos lo bebemos. Es una dosis concentrada de tóxico emocional, muchas veces un veneno que cultivamos y desarrollamos durante años. Cuando reaccionamos a las malas acciones de alguien dando rienda suelta a sueños de retribución y de odio, estamos envenenando lentamente nuestro corazón y nuestra mente.

Pídale a Dios que le revele cualquier señal de veneno que haya en su sistema. Y después, tome una dosis del antídoto: el perdón que solo viene de Él.

jueves, septiembre 20, 2007

No nos dejemos llevar por la corriente

Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Romanos 6:11

Una mujer se despertó una mañana. Sintió que apenas se había acostado a descansar. Se dijo: “¡No pueden ser las seis de la mañana!” No obstante, la radio decía que eran las seis, el reloj decía que eran las seis, el amanecer decía que eran las seis.

Ahora bien, la pregunta es: ¿Importaba cómo se sentía ella? Necesitamos dejar de basar nuestra vidas en los altibajos emocionales y comenzar a considerar los hechos y promesas de Dios para cimentarnos en éstas.

Cada mañana al despertar, dígase: “Estoy muerto al pecado. Estoy vivo en Cristo. Sé que es un hecho. Él murió por mí. En eso creo.”

De gracias a Dios pues el ha regalado un dia mas de vida, una nueva oportunidad de aprovechar de sus promesas "mis bendiciones son nuevas cada mañana"

Deje de vivir en la corriente de los afanes cotidianos "mayor es el que esta conmigo que el que esta contra mi."

¿Considera usted que está muerto al pecado y vivo en Cristo? ¿Que puede descansar en El?

miércoles, septiembre 19, 2007

Por El son todas las cosas

26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo;(A) porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

Hebreos 7:26-27


Cuando usted se siente convicto de un pecado específico, ¿cómo reacciona? ¿Se aflige por el asunto? ¿Piensa en ello con gran remordimiento durante días? ¿Afecta eso de alguna manera la rutina de su vida diaria?

Muchos cristianos se vienen abajo por completo cuando llega el momento de la convicción. Actúan como si el deseo de Dios para ellos fuera el que se regodearan en sentimientos de culpabilidad por el resto de sus vidas. Nada más lejos de la verdad.

Ayer vimos que los sacrificios del Antiguo Testamento tenían que repetirse una y otra vez. ¿Por qué razón? Porque esas ofrendas animales eran sólo un sustituto para lo que se requería en realidad: un sacrificio completamente perfecto. Esto se logró por la obra de Jesucristo. Él se presentó a Sí mismo como el sacrificio expiatorio de una vez para siempre en favor de todas las personas de este mundo. Como dice la letra del himno, Jesús “lo pagó todo” por medio de su increíble sacrificio.

Piense en ello. En el sistema humano, el sumo sacerdote introducía a un animal en el templo y lo ofrecía como sacrificio a Dios en favor del pecador. Pero en la obra de Cristo, el Hijo de Dios entró, no a un templo, sino al mismo cielo, y se presentó al Padre como el sacrificio expiatorio perfecto (He. 9:14).

Esto significa que la obra de perdón ha sido hecha. Si usted está en Cristo, entonces el sacrificio ya ha sido pagado por su pecado. Por tanto, cuando el Espíritu Santo lo convenza de pecado, resuelva el asunto de inmediato y siga adelante. No siga llevando encima el yugo de la falta de perdón que Jesús ya le ha quitado de sus hombros.

martes, septiembre 18, 2007

Nuestra sagrada tarea

Si usted mira la televisión por cierto tiempo, es muy probable que vea a un predicador proclamando las Buenas Nuevas. Y si enciende la radio, y pasa de una emisora a otra, encontrará lo mismo. El evangelio está en las habitaciones de los hoteles, en los foros de Internet, en las vallas publicitarias, en calcomanías de vehículos, en seminarios y en estudios bíblicos. A pesar de la moderna proclamación de que “Dios está muerto”, el mensaje de Cristo se agiganta con el tiempo. ¿Por qué razón?

La orden de “id, y haced discípulos a todas las naciones…” fue el último mandamiento de Jesús a Sus seguidores. Antes de ascender al cielo, comisionó a Sus discípulos para que difundieran las Buenas Nuevas, bautizando a los creyentes y “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:20). Hasta las primeras cartas de Pablo y los relatos de los evangelios, estos detalles del cristianismo eran transmitidos verbalmente. Y aunque el pueblo de Dios falló algunas veces, el Señor lo ungió con el Espíritu Santo para esta sagrada tarea. Los testimonios dados el día de Pentecostés hicieron que miles de personas de toda aquella región tuvieran el conocimiento salvador de Jesucristo (Hechos 2:41). En el libro de los Hechos encontramos relatos que detallan los viajes misioneros de varios discípulos. La tradición de llevar el Evangelio a otros países comenzó en aquel tiempo, y no ha cesado hasta hoy.

En tres viajes diferentes, Pablo, uno de los primeros misioneros, se hizo acompañar de personas tales como Juan Marcos y Bernabé, quienes más tarde realizaron sus propios viajes misioneros. Al igual que su Mesías, los que proclamaban el Evangelio eran perseguidos; Pablo sufrió prisiones y la muerte por su fe. En ese tiempo se enviaban misioneros a otras partes desde la Turquía actual e Israel. Estas tierras son hoy campos a los cuales se mandan misioneros.

El trabajo de evangelización ha modificado al mapa cristiano una y otra vez, muchas veces como respuesta a las guerras, a la política y a las luchas internas de la iglesia. Pero el cometido cristiano de compartir la fe nunca cesa. En realidad, el tesoro de la salvación es tan grande que muchos han sufrido de manera voluntaria para llevarlo más allá de sus fronteras.

Para cumplir con este mandato, debemos primero apropiarnos del reto. Después, debemos rendirnos por completo para ser utilizados por Dios. Por último, debemos ponernos a Su servicio, como mensajeros en la tarea de hacer discípulos en todo el mundo.

Piense en lo mucho que Dios ha invertido en usted. Piense en cómo ha dado a cada uno de Sus hijos dones y capacidades específicas para poder actuar en y a través de nosotros, para tocar a otros y para profundizar nuestra relación con Él. Dios tiene un plan para cada creyente, y cuando lo descubrimos ya no tenemos que perder tiempo buscándolo en vano; comenzamos a vivir la vida con un propósito claro y específico.

lunes, septiembre 17, 2007

Sea valiente

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.

–(Josué 1:7)


La vida de fe exige ser valiente. La mayoría de los creyentes no se dan cuenta de ello, pero esa es la verdad. Se necesita ser valiente para levantarse contra la enfermedad y declararse sano por la herida de Jesucristo. Se necesita ser valiente para esperar la prosperidad cuando uno echa la última moneda en la ofrenda y la pobreza está tocando a la puerta.

Habrá días en que preferirá aislarse de todo y esconderse antes que dar otro paso de fe contra el diablo. Pero usted no puede darse ese lujo, porque la batalla de la fe no se pelea una vez y luego se olvida. Si quiere continuar viviendo en victoria tendrá que seguir peleando la batalla de la fe una y otra vez.

No hay otra manera de hacerlo. Claro, algunos creyentes siempre tratan de encontrar otra manera. Por ejemplo, los israelitas. Ellos pensaron que cuando cruzaran el mar Rojo ya no tendrían más batallas. Por eso, cuando oyeron el informe acerca de los gigantes que vivían en la tierra prometida, decidieron que no podrían emprender la batalla; su valor se esfumó. Entonces tuvieron que tomar un desvío de 40 años por el desierto.

Pero ¿sabe qué? Los israelitas no pudieron evitar la batalla. Cuando llegó el tiempo para que la generación siguiente entrara en la tierra prometida, los gigantes aún estaban allí. Sin embargo, esa vez los israelitas se armaron de valor para enfrentarlos. ¿De dónde les vino ese valor? De la Palabra de Dios.

Josué, su líder, había seguido las instrucciones del Señor y había guardado esa Palabra en su mente y en su corazón, de día y de noche. Josué había meditado en ella y nunca se había olvidado de que Dios estaba de su parte.

Si usted va a pelear la buena batalla de la fe hasta el final, tendrá que hacer exactamente lo que hizo Josué. Tendrá que sacar continuamente valor de la Palabra de Dios. Así que decí¬dase a hacerlo. Empápese de la Palabra y deje que ella le transforme de cobarde a vencedor. Luego, marche a la batalla y mate a los gigantes en su tierra.