viernes, noviembre 13, 2009

¿Cual es mi Actitud? DIFERENCIAS ENTRE LAS ABEJAS Y LAS MOSCAS

Las diferencias entre las abejas y las moscas es que las abejas tienen casa, tienen gobierno, están organizadas y sujetas; mientras que las moscas andan sueltas, no tienen casa, y no están sujetas. Entonces te pregunto hoy: “¿Tienes casa? ¿Te congregas? ¿Reconoces un gobierno? ¿Tienes un pastor?”. Tenemos que eliminar esas actitudes de moscas. Debemos estar bajo el orden de Cristo.

Las moscas se mueven por el olor; un olor fuerte las atrae, nunca son guiadas por la luz. Sin embargo las abejas se mueven por la luz del sol y los colores. Otra vez te insto a que te respondas las siguientes preguntas: “¿me muevo por olores o por colores?” En la puerta del Tabernáculo habían cuatro colores: púrpura, blanco, carmesí y azul. El púrpura representa la realeza. Dios nos constituyó reyes y sacerdotes. El blanco simboliza la santidad. El carmesí, la sangre del Cordero derramada que nos limpia de todo pecado. El azul nos recuerda que nuestro origen es el cielo.

Las moscas andan solas y solo piensan en sí mismas. No saben trabajar en equipo, mientras que las abejas se mueven en equipo y piensan en el bienestar de la colmena. ¿Pensamos en el bienestar de la colmena?

Las moscas ponen sus huevos en lugares sucios y pestilentes. Pero las abejas jamás ponen su colmena en lugares sucios, sino que su colmena es limpia. ¿Cómo es nuestra actitud donde nos movemos? ¿Somos de los que tiramos la basura o de los que la recogemos? Tenemos que pedirle a Dios romper todas esas ataduras. Debemos tener limpieza en nuestra vida, en nuestra casa, en todo lo que hacemos.

Las abejas están divididas de acuerdo a sus funciones y cada una sabe lo que tiene que hacer. El enemigo número uno de las abejas, es la mariposa, que con un sonido parecido a ellas, las encanta, les mata las larvas y se le lleva la miel. Cuidemos la alabanza para Dios, porque Satanás la quiere imitar.

Meditemos pues en sobre nuestras actitudes, si somos como las abejas o como las moscas. Renunciemos a ser moscas y tener sus actitudes, y seamos como las abejas, para que podamos producir miel.

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